Felipe de Borbón y Grecia
Vino al mundo, según tradición familiar, a la hora de comer y esta casualidad, dicen, dio lugar, a la aparición de un insaciable apetito. Le apadrinó su abuelo, don Juan de Borbón, le amadrinó su bisabuela, la reina Victoria Eugenia que, desde hacía 37 años, no pisaba tierra española, y trajeron agua del Jordán para bautizarle con el nombre de Felipe de Borbón
Nombre: Felipe de Borbón y Grecia
Nacimiento: 30 de enero de 1968
Lugar: Madrid, España
Estudios: Licenciado en Derecho. Carrera Militar. Máster en Relaciones Internacionales
Títulos: Príncipe de Asturias, Su Alteza Real
Acunado por los Beatles
Acunado por los Beatles, el Príncipe llegó al mundo en los días revolucionarios del 68. En el año en el que medio planeta contemplaba estupefacto el desarrollo de la Guerra del Vietnam y, el otro medio, celebraba la primavera de Praga y el Mayo francés. Forma parte, por lo tanto, de una generación de españoles que ha crecido en democracia y que se ha visto obligada a vivir un momento de cambios y desafíos históricos.
Viéndole, nada parece indicar que, sobre sus hombros lleve el peso histórico de veinticuatro reinos, cinco principados, quince ducados, seis marquesados, veintidós condados y doce señoríos... Que sobre su pecho tuvo, nada más nacer, tres condecoraciones: El Toisón, la real de Carlos III, y la de Isabel la Católica... Que sobre su conciencia pese la responsabilidad de ser, en el futuro, un Rey digno sucesor de su padre, don Juan Carlos de Borbón... Él sabe, porque vive en un país democrático, que el Rey legitima, cada momento, su existencia con el trabajo, que la Corona hay que ganársela cada día como si se tratara de un oficio, y que la existencia de la Monarquía sólo quedará justificada por su eficiencia. Tendrá que ser, por lo tanto, un líder de Estado, transmitir serenidad y credibilidad, encarnar y proyectar la imagen de una España preparada y moderna. Ser, en definitiva, lo que, según sus palabras, a él le da miedo ser: "Un príncipe perfecto".
Quizá por ello, con sus grandes amigos, don Felipe es Felipe a secas, aunque para éstos mismos vuelve a ser don en el momento que la intimidad ha dejado paso a lo público. De puertas para adentro todo es posible pero, en cuanto salen a la calle, el protocolo es lo primero. Don Felipe no exige, pero todos aquellos que se mueven en el círculo saben que estar en esa posición implica asumir que la fidelidad es la primera condición. Por lo demás, a las personas con la que se encuentra a gusto, se lo pone todo muy sencillo, porque es de fácil acomodo. Que sus amigos optan por el cine, pues al cine; que quieren salir a cenar, pues a buscar un restaurante...
El Príncipe, que no consiente tratos de favor hacia su persona, tiene una gran capacidad para el sacrificio, un gran sentido del humor y sabe un poco-bastante de todo. Por ejemplo, de electricidad y de ordenadores, de artes marciales y de conducción evasiva. Un arte que pone en práctica, con bastante frecuencia, cuando no le queda más remedio que pisar el acelerador para despistar a los fotógrafos.
El amor viene de pronto
Don Felipe de Borbón hace de tripas corazón y, en cuanto tiene la oportunidad, dice lo que piensa... Y él piensa que quien vive con discreción tiene derecho a ser tratado con discreción y que, como el mundo ha cambiado demasiado, no estima que sea necesario mantener la tradición de contraer matrimonio con una princesa. "Cuando me case lo haré por amor, con una mujer que me guste y de la que me haya enamorado. No me siento obligado a buscar esposa entre las damas de la nobleza europea porque -como le confesó a Pilar Urbano en una entrevista-‘El amor viene de pronto y cuando viene ya no tiene remedio'.
Y de que manera llegó a su vida. Para sorpresa de todos los españoles Zarzuela anunciaba el Día de Todos los Santos, -sin duda una fecha que no olvidará España- el compromiso del heredero al trono. Nuestro Príncipe se había enamorado de la periodista Letizia Ortiz Rocasolano, un rostro muy conocido para los españoles ya que presentaba la segunda edición del Telediario de TVE. Días después, y ante la expectación que suscitó el anuncio, la pareja hacía su primera aparición juntos y comenzaban a dar los primeros detalles de un romance que había comenzado en mayo de 2003, una historia que completaron el día de la petición de mano (6 de noviembre de 2003).
Apenas dos semanas después la Casa Real anunciaba la fecha del enlace: el 22 de mayo, día en el que doña Letizia y don Felipe de Borbón se dieron el sí quiero definitivo ante los representantes de las principales Familias Reales de todo el mundo, en una boda calificada como la boda del siglo.
El 31 de octubre de 2005 la princesa Letizia daba a luz a la primera hija del matrimonio: la infanta Leonor, bautizada en el Palacio de la Zarzuela el 14 de enero de 2006.
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