sábado, octubre 21, 2006

Cesar Rincon (Torero)

Tras simular un muletazo al aire y provocara que un aficionado a los toros dijera “ese niño tiene arte”, Gonzalo Rincón decidió inculcarle a su hijo lo que era, o es su pasión: la lidia de toros. Desde ese entonces todos los días don Rincón y su hijo se levantaban a las seis de la mañana para iniciar los entrenamientos con la primera fiera que tuvo el torero más importante de Colombia y del mundo en la década del 90: “Príncipe”, su perrito; y el ruedo, el patio de su casa.

“Con diez años empecé más o menos a soñar con ser torero. Vivía en el barrio Fátima de Bogotá, al sur de la capital, todavía sin pavimentar. Allí empecé a jugar con un perrito que se llamaba “Príncipe”; jugando él a querer morder la muleta, poco a poco, en eso consistía el temple”.

Así ha narrado el torero Julio César Rincón Ramírez sus inicios en la tauromaquia en la infinidad de entrevistas concedidas a lo largo de sus cerca de 28 años de carrera, tiempo en el que la vida así como le ha brindado grandes triunfos y méritos mundiales, también le ha dado las estocadas más dolorosas tanto físicas como morales.

César Rincón es el menor de cinco hermanos: Luis Carlos, Sonia, Rocío y Marta, todos hijos de don Gonzalo Rincón, un fotógrafo de profesión y de María Teresa, una humilde mujer que no pudo disfrutar los logros de su hijo en vida.

Siempre ha asegurado que el toreo en Colombia es una vía de escape de la pobreza y tal vez su historia es el reflejo de ello; aunque dice que en su casa nunca pasaron hambre, reconoce con orgullo que gracias a los toros ha podido llevar a su familia hasta donde realmente ha querido, pues recuerda que no había la posibilidad de comprar una casa: “vivíamos de alquiler en un apartamento muy pequeño, en una pieza”.

El talento para esta profesión aceptada por unos y negada por otros, fue la clave para que César Rincón ingresara por la puerta grande en el mundo de la tauromaquia, tan así que los expertos aseguran que es el único torero que enfrenta al animal de frente y de cuerpo entero, que no lo hace los laditos... y tal vez esta técnica lo ha llevado a recibir duros golpes, que lo han puesto a pensar sobre la cercanía que puede tener a diario con la muerte.

Superada la etapa de “Príncipe”, este bogotano nacido el 5 de septiembre de 1965, mató por primera vez un “torito” como lo define, en una “fiesta que no hay derecho que se presente en la Santa María. Ese día se presentaba mariachis, improvisaron un ring para la lucha, hubo payasos y toros en un revuelto en el que maté vestido de corto”.

En 1981, a la edad de 15 años, España se convierte en su primer destino; allí en el pueblo de Córdoba se hace muy amigo del sacerdote del lugar, quien le ayudó a hacer su primera comunión, sacramento que por falta de recursos no pudo realizar en Colombia.

Durante su estadía en el país ibérico, sin nada seguro, toreó en algunos espectáculos ayudado por el matador antioqueño Pedro Domingo, experiencia que aunque no le dejó dinero en el bolsillo, sí lo llenó de experiencia.

El 15 de agosto, mientras
Rincón toreaba en Madrid, su mamá y su hermana María Teresa encendían la veladora para que le fuera bien... irónicamente su llama se unió con los químicos de fotografía de su papá y desató un incendio en el que madre e hija murieron por asfixia.

Su regreso a Colombia se hizo inminente, la perdidas de dos de sus seres amados, despertaron en Rincón un sentimiento de incertidumbre respecto a su futuro. Aún así, toma un nuevo respiro y decide nuevamente viajar a España, de donde algo decepcionado regresaría con el objetivo de triunfar en su país.

Y es que durante ese tiempo fuera de Colombia, entre finales de 1982 hasta 1986, la carrera del matador estuvo llena de sube y baja; hizo una pequeña escala en México donde toreó nueve corridas y regresa a España apoderado por Manolo cano, para cumplir con doce compromisos taurinos.

Ya en 1985 decide volver al país, pues el manejo de su nuevo apoderado Tomás Redondo, no es el mejor y se queda sin poco que hacer en el otro continente.

“En 1986 hice otro intento, que fue el acabose. Me trajo apoderándome Jerónimo Pimentel, quien me dijo que me iba a dar muchas corridas de toros. Estuvo nueve meses y no me dio sino un festival en Mijas. Entonces decidí no volver a España, porque estaba dejando de ganar dinero en Colombia”.

Imborrable herida

Con el propósito de consagrarse primero en su país, César Rincón pasaría el 1987, 88 y 89 en pequeñas y grandes ciudades colombianas bajo el rótulo del mejor torero colombiano.

Pero como los médicos también se enferman, este torero probaría la peor cornada física que haya tenido. El cuatro de noviembre de 1990 en la plaza de Palmira un toro le pegó una cornada que le afectó la vena femoral.

“Mientras me estaba operando en la enfermería, yo seguía sangrando mucho porque no me encontraban dónde era. Y lo único que podía decir era que se apuraran, que ya no aguantaba. De pronto quise hablar y no me salía la voz, quise mover las manos y no pude, y entonces llegó la paz. Me abandoné. Llegó esa paz de decir adiós. Lo último que le escuché al médico fue: ‘se nos va, se nos va’”.

La pericia del médico Rubén Zárate Mangones evitó que el futuro mejor torero del mundo muriera, sin embargo, las transfusiones de litros y litros de sangre que lo salvaron, más adelante se la colocarían en la cuerda floja, y César Rincón tendría que afrontar nuevamente una dura faena en su vida.

La Puerta Grande

Por fin ese mismo año el empresario español Luis Álvarez le ofrece volver a España. Rincón, con la no muy grata experiencia ya vivida, le exige 15 corridas, entre ellas la más importante de su vida, la de la feria de San Isidro, que hizo que el mundo taurino pusiera los ojos en el “colombianito” que había ido años atrás a golpear puertas y a pedir una oportunidad. La moneda cambió de lado: César Rincón se convirtió en las disputa de los empresarios de España, la meca de la tauromaquia.

El 21 de mayo de 1991 la Plaza de Ventas en Madrid, durante la Feria de San Isidro, la más importante del mundo,
llegó la tan anhelada oportunidad para el matador. Había escepticismo entre los asistentes por los dos toreros suramericanos que se presentarían.

Ese día el menudo Rincón colocó la plaza entera de pie, el clamor de otorgarle las dos orejas se conjugaron con el batir de pañuelos blancos... y le fueron otorgadas, el valiente hombre que minutos atrás se había enfrentado a una fiera, lo único que pudo hacer fue dejar correr sus lágrimas, mirar al cielo para dedicárselas a su mamá y a su hermana; y salir por la puerta grande.

Para descartar que lo visto en esa tarde no era pura suerte, tuvo tres oportunidades más para demostrarlo. Una de ellas, la del 6 de junio transmitida en vivo y en directo por la televisión colombiana ha sido la corrida que jamás se olvidará; César Rincón brilló en un mano a mano con José Ortega Cano, otro de los grandes diestros, tan histórica es, que los reyes de España que se encontraban en el espectáculo, se pusieron de pie para aplaudir al colombiano.

Su éxito continuó, abrió 30 puertas grandes e hizo lo que ningún torero ha hecho hasta el momento: salir cuatro veces consecutivas por la puerta grande de la plaza más importante del mundo.

Tras nueve años de noviazgo, el 13 de diciembre de 1997 César Rincón contrae nupcias con la diseñadora caleña Sandra Briceño. Fue uno de los acontecimientos del año, en donde el presidente, ex presidentes, periodistas y los más notables personajes de la actualidad colombiana se reunieron en la ceremonia que fue cerrada para los medios de comunicación.

La silenciosa Hepatitis C

Los litros y litros de sangre que le fueron colocados al diestro colombiano para salvarle la vida del 4 de noviembre de 1990, desataron lentamente la enfermedad que lo alejó de los ruedos por tres años; en 2000 el mismo Rincón confirmó su retiro para jugarse esta vez la corrida de su vida.

Sus primeros síntomas comenzaron se presentaron desde 1992, cuando el cansancio y un malestar continuo le confirmaron que su enfermedad se trataba de Hepatitis C.

Debilidad, agotamiento, pérdida de peso, anemia, insomnio, salpullidos, picazón, caída de cabello y depresión eran las reacciones a las inyecciones de interferón combinado con rivarina, únicas drogas eficaces para combatir la enfermedad.

Pero Sandra ya no estaba al lado suyo, Rincón se sobrepone de su enfermedad en compañía de una periodista española, quien le roba el corazón luego de varios años de amistad, y con la que comparte actualmente la dicha de estar nuevamente en la arena y frente a un toro.

El tratamiento y la voluntad permitieron que en 2002 César iniciara su preparación, y para ello, participó en cuanta feria podía incluir su nombre tanto en Colombia como en España.

Las ciudades de Cartagena y Manizales fueron las primeras grandes plazas testigos de su regreso. Sin embargo, la más grande prueba está en la Plaza de Toros de La Santamaría de Bogotá, donde demostrará cuán tan grande es su amor por los toros y su deseo de seguir en la lucha contra la silenciosa enfermedad.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

ojala se mura de sida ese hp delincuente

Anónimo dijo...

Este delincuente debiera pasar directo a la carcel para que pague por los crimenes que cometio

Anónimo dijo...

Ese hp de mierda se merece que le hagan todo lo que el le hace al un pobre toro ojala le corten las orejas de ese malparido..ahh pero eso si que no se muera sino que sufra...que sufra como han sufrido todos los seres vivos que a matado sin compasion....

Anónimo dijo...

ES CRIMINAL LO MENOS QUE SE MERECE ES QUE SE MUERA DE SIDA. RECUERDEN QUE ESE TIPI ES O POSITIVO SIDA.

camilo dijo...

que tristeza que puros ignorantes lean esta biografia, el arte ahi que respetarlo, juzgarlo objetivamente, ahi que verlo. Es que nunca han ido a un matadero pendejos, para que vean de verdad como sufren las bestias en el. En una corrida el toro no sufre ningun trauma, esta comprobado, es en una agonia casi imperceptible que el toro muere. Pedazos de idiotas quejense por vainas que si valgan la pena, no por vanalidades qeu dan de comer a infinidad de gente. Y Hp's ustedes que educacion no han tenido malparidos, dejen en paz al maestro de maestros de América.

Anónimo dijo...

Aver camilo pedaso de hijueputa si le ca tambien el aasesino en ceserie este cases con el dele un hijo maricon o aun mejor pongase en el lugar del toro webon y comprueva que lo que ud dice es cierto;

Pena de muerte palos toreros empesando por este hijo de p...y su marido

Anónimo dijo...

mire gafo anonimo estupido ni teorias ni nada valla y vea como las farc mata a la gente si piedad eso si es criminal y igual si el toro no muere a manos de el morira en un matadero (PEOR) y ademas ni el maestro ni ningun torero es torero por matar toros si no por demostrar su talento inato y su valentia y los q no sabn apreciar ese arte tan complejo y duro de manejar pues bueno estan en su derecho de rechazarlo pero y por q comen carne q viene de peor maltrato y si son vegetarianos pues dios lo dijo el hombre sacara probecho de todas las especies del planeta asi q dejen de ser stupids

Anónimo dijo...

pienso que hay gente mal intencionada y no debe de expresarse asi de alguién que no le han regalado nada y todo lo se lo ha ganado a pulso, yo conozco a Cesar desde el año 1982 y lo felicito realmente por la pasión y tenasidad que ha tenido en lo que más disfruta su ARTE.

Anónimo dijo...

YO TAMPOKO ESTOY DE ACUERDO CON QUE MALTRATEN DE ESTA FORMA ALOS ANIMALES,ALGUN DIA DIJE SE MERECE LO QUE LE PASA,PERO HOY YO TENGO HEPATITIS C Y NO LE DESEO ESTO A NADIE,NI SIQUIERA A LOS TOREROS EN GENERAL,SE TRATA DE TOLERANCIA Y RESPETO POR LAS FORMAS DE PENSAR Y DE ACTUAR D ELOS DEMAS APRENDI LA LESSION,HAGANLO USTEDES.O QUE DIRIAN SI LES DIJERAN TINEN HEPATITIS C.