domingo, noviembre 05, 2006

Jesse Owens

James Cleveland Owens, al que sus amigos llamaban J.C., nació en 1913 en Danville, Alabama. A la edad de siete años ya trabajaba recogiendo algodón en los campos de los terratenientes blancos. Tiempo después diría de estos años "Todo lo que los chicos podíamos hacer en Alabama era correr, así que corríamos".

Su familia se trasladó a Cleveland, Ohio, cuando el niño tenía ocho años, y al preguntarle su nombre el primer día de escuela, la profesora entendió Jesse cuando él pronunció J.C. Aquel sería el nombre con el que pasó a la historia.

La pobreza de que intentaban huir no les abandonó en Cleveland, y Jesse tuvo que ayudar a sus padres trabajando en su tiempo libre. Dependiente, cargador de camiones o ayudante de zapatero fueron algunos de los trabajos en los que se ocupó.

El entrenador Charlie Riley descubrió pronto el talento para el atletismo de Jesse, y se ofreció a entrenarle por las mañanas para que pudiera seguir trabajando en las tardes. Ya entonces destacó en el salto de longitud, la carrera de cien metros y la de 220 yardas.

Después de una excelente actuación en los Campeonatos Interescolares de Chicago, varias universidades intentaron reclutar a Jesse para sus equipos, pero él finalmente se decidió por la universidad estatal de Ohio.

Perteneciendo al equipo de atletismo de la universidad todavía continuó trabajando a tiempo parcial para costear sus gastos. Acudió al "Big Ten" de Ann Arbor en 1935 a pesar de llevar una semana recuperándose de una caida por las escaleras. En menos de 45 minutos batió tres records mundiales e igualó el de cien metros lisos.

Ese mismo año se casó con Ruth Solomon, novia suya desde la escuela, con la que tendría tres hijas, Gloria, Beverly y Marlene, y junto a la que demostraría ser un excelente padre y cabeza de familia.

Las mayores dificultades que vivió durante esta época no fueron debidas al deporte, sino al racismo que todavía imperaba en el país y en la universidad. No podía alojarse en el campus, ni comer en los mismos restaurantes que sus compañeros de equipo ni dormir en los mismos hoteles.

En una ocasión fue interpelado por su actitud hacia el racismo, a lo que contestó "Vivo aquí, es todo lo que sé, y todo lo que tengo". Pero en 1936 tendría una excelente oportunidad para demostrar que su valía estaba muy por encima de los perjuicios contra su raza.

Las Olimpiadas de Berlín, organizadas por el régimen nazi que había logrado el poder en Alemania en las elecciones de 1933, pretendían ensalzar la superioridad de la raza aria.

En ellas Owens estableció tres records olímpicos, dos mundiales e igualó el anterior record en 100 metros lisos. Ganó cuatro medallas de oro en cien y doscientos metros lisos, salto de longitud y cuatrocientos metros por relevos.

Estos logros de Owens suponían de una forma evidente lo equivocado de las aspiraciones étnicas del Tercer Reich, por lo que Hitler se negó a reconocer los méritos de Owens, al que consideraba de una raza inferior.

Intentando aportar una mayor ayuda a las dificultades económicas de su familia, Jesse dejó los estudios y a partir de 1948 se dedicó al atletismo profesional y a dar conferencias.

Más tarde fundó su propia empresa de relaciones públicas, con lo que supo aprovechar su notoriedad, y participó activamente en programas de atletismo para la juventud. Intervino en algunas películas y en buen número de anuncios para televisión. En 1970 publicó su autobiografía, "The Jesse Owens Story"

Se trasladó de Chicago, donde vivía desde hacía varios años, a un rancho en Paradise Valley, Arizona, en 1972. Del presidente Gerald Ford recibió en 1976 la Medalla de la Libertad, el mayor reconocimiento de los Estados Unidos a un ciudadano civil.

Murió de cáncer de pulmón en el hospital universitario de Tucson el 31 de marzo de 1980, a la edad de 66 años.

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