Biografia de Michael Phelps
(Baltimore, 1985) Nadador estadounidense destinado, según los expertos, a superar en su día las siete medallas de oro que su compatriota Mark Spitz conquistó en los Juegos Olímpicos de Munich 72. Michael Phelps nació el 30 de junio de 1985 en Baltimore, Maryland, en el seno de una familia de clase media muy deportista.
Después de practicar desde muy pequeño algunos deportes típicos de Estados Unidos (béisbol y fútbol americano), comenzó a nadar a los siete años, espoleado por sus hermanas, Hilary y Whitney, esta última campeona de Estados Unidos de los 200 metros mariposa en 1994 y a la que una lesión de espalda obligó a una retirada prematura.
Aunque el pequeño Michael le tenía miedo al agua, en su biografía explica que se refugió en las piscinas para no oír las discusiones entre sus padres, que poco después se divorciarían.
Bow Bowman, el descubridor de un talento
A los once años se cruzó en su vida el técnico Bow Bowman, quien pronto se percató de sus cualidades innatas para la natación. Con él empezó a entrenar y sigue haciéndolo en el North Baltimore Aquatic Club. De hecho, el prestigioso técnico se convirtió en su segundo padre, ya que con su padre biológico, un policía retirado, apenas mantiene relación desde que se separó de su esposa, antigua maestra que desde 1999 trabaja como administrativa del club al que pertenece Michael.
En 2000, apenas cumplidos los quince años, Phelps participó en los Juegos Olímpicos de Sydney. Logró un meritorio diploma, al ser quinto en los 200 metros mariposa. En 2001 ganó su primer título absoluto: la medalla de oro de los 200 metros mariposa en el Mundial de Fukuoka (Japón), prueba en la que estableció, además, un nuevo récord del mundo (1 minuto 54,58 segundos), convirtiéndose en el plusmarquista más precoz de la historia. En 2002, en los Pan Pacific Games ganó cuatro medallas de oro a título individual y una de plata en los relevos 4 x 200 metros libres.
En 2003 batió ocho récords mundiales en cuarenta y un días, varios de ellos de calibre insospechado. Aquel año, en el Mundial de Barcelona, se reveló al mundo como el nadador con mayor proyección de la historia, al ganar, con apenas dieciocho años y a título individual, tres medallas de oro: 200 metros mariposa, prueba en la que en semifinales batió el récord del mundo (1 minuto 53,93 segundos), 200 metros estilos (1 minuto 56,04 segundos; récord del mundo) y 400 metros estilos (4 minutos 9,09 segundos; récord del mundo).
A esos títulos sumó la medalla de plata en 100 metros mariposa, prueba en la que en semifinales había batido también el récord del mundo (51,10 segundos), pero en la final fue superado por el mejor nadador de este estilo, su compatriota Ian Crocker. Además, conquistó la medalla de plata de 4 x 200 metros libres, como integrante del cuarteto estadounidense.
A partir de entonces ya se hicieron familiares los apodos que le impusieron los periodistas: «Bala de Baltimore», «Niño Prodigio» o «Tiburón de Baltimore».
Plusmarquista olímpico
En Atenas 2004 se adjudicó las medallas de oro de 100 metros mariposa (51,25 segundos), 200 metros mariposa (1 minuto 54,04 segundos), 200 metros estilos (1 minuto 57,14 segundos), 400 metros estilos (4 minutos 8,26 segundos, récord mundial), 4 x 200 metros estilos y 4 x 100 metros estilos, prueba en la que no compitió en la final, pero se ganó el derecho a la medalla por haber participado y vencido en las semifinales, como establecía el nuevo reglamento. Además, esta joven promesa de la natación estadounidense ganó dos bronces: 200 metros estilos (1 minuto 45,32 segundos) y 4 x 100 metros libres.
Sólo un atleta en la historia de los Juegos Olímpicos había ganado ocho medallas en una misma olimpiada: el soviético Alexander Dityatin en gimnasia (tres de oro, cuatro de plata y una de bronce) en Moscú ’80. Con los seis oros, Phelps igualó la marca de la nadadora Kristin Otto, y se quedó a una de las de Spitz, quien no hay que olvidar que tuvo un calendario menos complicado y compitió sólo en los estilos libre y mariposa, muy similares técnicamente, y, además en los 100 y 200 metros, que son virtualmente lo mismo. Finalmente, Spitz ganó tres oros en los relevos, en una época en que los cuartetos estadounidenses eran invencibles.
En cambio Phelps en Atenas usó cuatro estilos, en distancias que van de los 100 a los 400 metros, y en relevos sólo se adjudicó dos medallas de oro. El proceso para alcanzar la final también fue más intenso, pues Spitz sólo compitió en catorce carreras en ocho días, mientras que Phelps tuvo que hacerlo en diecinueve. Un ejemplo de la presión que le tocó soportar en Atenas ocurrió el 19 de agosto, fecha en la que, tras superar el récord de los 100 metros mariposa en las semifinales, tan sólo 20 minutos después ganaba la final de los 200 metros combinados.
La personalidad de un campeón
Al acabar la secundaria, Michael Phelps interrumpió los estudios para dedicarse en exclusiva a la natación. De hecho, es el único componente del equipo estadounidense que ha pasado de amateur a profesional sin haber competido en los campeonatos universitarios.
Su físico no es imponente como el de otros campeones (Ian Thorpe, Johnny Weissmuller o el citado Spitz), pero mide 1, 95 y pesa 88 kilos, sus brazos abiertos tienen una envergadura de 2,04 metros y calza un 46. Todo ello hace que el agua sea casi su medio natural.
Fuera del agua es muy serio (ni siquiera sonríe cuando acaba de ganar una prueba). Destaca en todos los estilos, pero lo ha conseguido a base de esfuerzo (en los últimos siete años sólo ha dejado de entrenar cinco días). Como norma nada 80 kilómetros por semana, en lo que invierte cinco horas de entrenamiento diario. Cuando no entrena, suele dormir, y antes tirarse a la piscina, tiene la costumbre de escuchar música del rapero Eminem o de 50 Cent.
Su rutina diaria se reduce, pues, a dormir, entrenar y comer para ganar peso. Sus desayunos son pantagruélicos, pues suele engullirse ocho huevos fritos con sus correspondientes tostadas. Necesita, según sus médicos, siete mil calorías diarias para abastecer su organismo de las energías que gasta en los entrenamientos.
El único «capricho» que se permite es jugar al baloncesto o al fútbol de vez en cuando. También suele «tunear» su ranchera Cadillac Escalade, que se compró con sus primeros ingresos y a la que ha dotado de pantallas de televisión en los reposacabezas, un equipo de sonido estereofónico con tres reproductores de CD y unas llantas de medio metro de anchura.
Después de los Juegos Olímpicos de Atenas se convirtió en uno de los deportistas mejor pagados, tanto por la marca deportiva Speedo, con la que tenía una cláusula reservada, como con los contratos publicitarios que le consiguió su agente, Peter Carlisle, quien también le firmó acuerdos con Visa, la entidad crediticia Argent, AT&T, Wireless, Omega y Power Bar, compañías que antes de los Juegos ya le proporcionaban unos ingresos extra de unos cinco millones de dólares anuales.
Además, su agente trabajaba en el lanzamiento de calendarios, un libro sobre sus experiencias destinado a los niños y la venta de los derechos televisivos para un especial sobre la vida de ese ídolo universal.
Un ídolo que vio peligrar su futuro, y también sus ingresos, cuando en noviembre, sorprendentemente, fue arrestado por conducir en estado de embriaguez. «Cometí un error, y pido disculpas por ello», dijo tras infringir la ley, por lo que en el estado de Maryland puede ser condenado a un año de cárcel.
Phelps destina parte de sus emolumentos a obras benéficas, y es voluntario de Child Life Center de la Universidad Johns Hopkins. El impacto que produjo su eclosión en 2003, año en que eclipsó al otro fenómeno de la natación, el australiano Ian Thorpe, le valió el Premio Sullivan, destinado al mejor deportista neoprofesional. El mundo del deporte permanecerá aún algunos años expectante, porque Bowman ha predicho que Phelps alcanzará su plenitud en los Juegos Olímpicos de 2012.
Actualmente compitiendo en los juegos de Beijing 2008 y buscando el record de 8 medallas de oro.
Ver por mas noticias el Diario Deportivo .
3 comentarios:
un grande phelps..la verdad q es increible ver la diferencia que le saca a el resto.
Hace solo minutos de que Michael ganara su octava medalla en Beijing y leyendo su biografía me parece una inspiración de dedicación y éxito.
un fenomeno..en una olimpiada ganar todas lasmedallas de oro donde compitio no es nada facil..
La verdad es una persona a seguir.
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