Fernando Botero
Fernando Botero nació en Medellín, Colombia, el 19 de abril de 1932. Fue hijo de una familia que vivió dificultades, luego de la muerte de su padre, David Botero.
En sus primeros años perteneció al mundo de los toros gracias a que un tío lo inscribió en clases, pero pronto cambió la espada por los pinceles.
A los 14 años tomó la decisión de abordar el arte a través de la pintura, determinación que sorprendió a su conservadora familia. Aunque recibió el apoyo de su madre, él debía conseguir el dinero para sus estudios. Vendió su primer cuadro en la taquilla de la plaza de toros y el tema de la pintura fue precisamente los toros.
Sus primeros pasos artísticos los dio en 1948, trabajando para "El Colombiano", uno de los más prestigiosos diarios de su ciudad natal, allí se publicaron algunos dibujos del maestro. En este mismo año participó en su primera exposición conjunta conocida como Exposición de Pintores Antioqueños.
Para 1951, Botero trasladó su residencia a la ciudad de Bogotá, y fue allí donde llevó a cabo su primera exposición individual en las instalaciones de la Galería de Leo Matiz. Al año siguiente, su óleo "Frente al Mar" le hizo acreedor del segundo puesto en el Salón Nacional de Artistas; además viajó a Madrid, donde estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
Entre 1953 y 1955, se desplazó por Italia y Francia. Fue en la ciudad de Florencia, exactamente en la Academia de San Marcos, donde aprendió las técnicas al fresco que empleaban los maestros italianos, las cuales han influenciado su arte desde entonces; y además estudió historia del arte. Tuvo como profesor a Bernard Berenson, escritor e historiador estadounidense, con quien descubrió el Renacimiento Italiano. Ahí obtuvo sus primeras inspiraciones.
En 1955, regresó a Bogotá, donde permaneció un año, mientras sus obras no acaparaban relevancia. Un año después viajó a la ciudad de México para estudiar la obra de Diego Rivera y José Clemente Orozco.
Su temática eran los hombres y los caballos, no había descubierto aún las figuras con aspecto obeso. Ellas llegaron accidentalmente: Un día, de regreso a Bogotá, cuando pintaba una naturaleza muerta con una mandolina, el hueco se agigantó inesperadamente como una especie de iluminación estética. A partir de ese momento comenzó a experimentar con el volumen de sus creaciones, expandiendo sus figuras y comprimiendo el espacio alrededor de ellas.
En 1957, realizó su primer viaje a Washington con el fin de llevar a cabo una exposición individual en el Pan American Union.
Para 1958, de regreso a Bogotá, fue designado catedrático de pintura en la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Bogotá. Dos años después decidió radicar en la ciudad de Nueva York.
Contrajo nupcias con Gloria Zea en el año de 1964, con quien tuvo tres hijos: Fernado, Lina y Juan Carlos.
En la década de los 80, los toros, una de sus pasiones se convirtió en su principal fuente de inspiración.
Sus exposiciones han llegado a diversos países del mundo como: Italia, Francia, España, Austria, Suecia, Alemania, Japón, Corea, Sudáfrica, Estados Unidos, México, Venezuela, Brasil y Colombia, entre otros. En 1970, Botero ingresó a la Galería Marlborough de Nueva York, la más grande y prestigiosa del mundo. Con las exposiciones realizadas allí adquirió fama universal. Su regreso a Europa fue triunfal.
Montecarlo y los Campos Elíseos fueron los sitios escogidos para exhibir sus esculturas en el año de 1992, se convirtió en el primer artista de nacionalidad no francesa que presentaba su arte en Francia. También, desarrolló una exposición sobre toros en el Gran Palais, en la ciudad de París.
A París, le siguieron Belvedere, en Florencia, y el espacio entre la Plaza de Cibeles y Colón en Madrid. De hecho, el gobierno español contempla la posibilidad de colocar tres esculturas del maestro Botero en Palma de Mallorca.
El 14 de octubre del año 2000, se inauguró en su ciudad natal un proyecto llevado a cabo por la Alcaldía de Medellín y el Museo de Antioquia, conocido con el nombre de “Medellín ciudad Botero”, con el cual se buscó construir una ciudad a partir de la cultura y la educación. El maestro realizó una donación de varias de sus obras para llevar a cabo el proyecto.
En la actualidad vive en varias localidades como: Francia, Colombia, Estados Unidos e Italia. Para cada uno de estos lugares Botero tiene una técnica de arte determinada, es decir, presenta la singularidad de: en su apartamento de la Rue Dui Dragon en la Rive Gauche de París se dedica a pintar sus óleos grandes, en su apartamento sobre Park Avenue en New York pinta pasteles y acuarelas, y en su casa de Piedrasanta en la Toscana de Italia funde esculturas de bronce.
Las obras de Fernando Botero están cotizadas entre las más costosas del mundo
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